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Los orígenes y principales causas de la artritis en perros

Dolor articular, cojera, apatía... La artrosis es una enfermedad especialmente debilitante. Sin embargo, se puede prevenir o al menos retrasar si se trata de manera oportuna. ¿Cómo se manifiesta la enfermedad y qué tipos de solución o tratamiento preventivo se pueden implementar

¿Qué es la Osteoartritis?

La causa más común de dolor crónico en los perros, la osteoartritis no solo se limita a los humanos, ya que se cree que afecta a uno de cada cinco perros. Esta enfermedad paralizante se caracteriza por el envejecimiento progresivo e irreversible y el "desgaste" del cartílago articular, que ya no actúa como amortiguador, lo que hace que el movimiento se vuelva doloroso.

Un perro con osteoartritis sufrirá de dolor crónico intenso y rigidez, y hasta el más mínimo movimiento le causará molestias. La artrosis crea inevitablemente un círculo vicioso: cuanto más se degrada el cartílago, más limita el animal sus movimientos diarios y se vuelve cada vez más susceptible a aumentar de peso. Sin embargo, cuanto más sedentario se vuelve el animal, más rápida es la progresión de la enfermedad.

 

¿Qué perros pueden verse afectados por la artrosis?

A menudo asociada con perros mayores, la osteoartritis puede afectar a animales de todas las edades, incluso a los más jóvenes. La edad del animal, así como su tamaño, el exceso de peso corporal que carga, la raza o el historial médico son factores agravantes en el desarrollo del dolor articular.

Es importante distinguir entre las dos formas distintas de osteoartritis. La osteoartritis primaria afecta principalmente a los animales mayores y es la principal causa de osteoartritis entre los perros dentro de esta categoría. Es causada por el desgaste generalizado del cartílago articular debido al proceso natural de envejecimiento. Cuanto más viejo es el animal, más se deteriora el cartílago. En este caso, varias articulaciones se ven afectadas al mismo tiempo.

La osteoartritis secundaria es causada por anomalías congénitas (p. ej., displasia de cadera) o traumatismos (p. ej., una fractura articular). En este caso, el cartílago se daña o se deteriora mucho más rápido de lo habitual. Por lo general, se limita a la articulación dañada.

Si bien la afección suele estar relacionada con el envejecimiento o la acumulación de varias lesiones, la osteoartritis también puede verse agravada por una variedad de factores. La enfermedad es más común en perros grandes, que de hecho están predispuestos a malformaciones congénitas. Este fenómeno acelera el desgaste prematuro del cartílago. Ciertas razas de perros se ven más comúnmente afectadas que otras, incluidos los labradores, los pastores alemanes, los golden retrievers y los rottweilers. Sin embargo, para todos los perros, ya sean grandes o pequeños, elegantes o corpulentos, el exceso de peso y la falta de ejercicio se encuentran entre los principales factores agravantes de la osteoartritis.

 

¿Cómo se diagnostica?

Cuando un perro sufre de dolor crónico, limitará automáticamente sus movimientos diarios para evitar usar las articulaciones artríticas dolorosas. Generalmente ubicados en la cadera, la rodilla, el codo, la columna vertebral o la muñeca, los animales con la afección generalmente mostrarán movimientos más lentos o rígidos y cambios de comportamiento, especialmente cuando ocurren brotes.

Tu perro, que alguna vez fue alegre y enérgico, ahora comienza a cojear o parece cojo, es reacio a saltar, correr o subir las escaleras y gruñe cuando lo acaricias. En cuanto aparezcan estos signos de alarma, es fundamental acudir al veterinario para saber si tu perro sufre artrosis. La detección temprana es vital para establecer la atención adecuada.

 

¿Cómo puedo aliviar los síntomas de mi perro?

Aunque la osteoartritis es una enfermedad incurable, muchos perros aún pueden disfrutar de una buena calidad de vida, si la enfermedad se trata a tiempo. De hecho, cuanto antes se detecte, mayores serán las posibilidades de ralentizar su progresión. Como medida preventiva o reparadora, la introducción de unas normas básicas de higiene y alimentación representa el primer paso en la lucha contra el dolor articular. La actividad física moderada pero regular ayudará a tu perro a mantener su masa muscular. Junto con una dieta equilibrada, un programa de ejercicio regular debería permitirle mantenerse en forma y evitar acumular kilos, lo que solo serviría para dañar aún más sus ya frágiles articulaciones.

Las terapias farmacológicas convencionales generalmente implican la administración de medicamentos antiinflamatorios tomados en asociación con condroprotectores, una forma de suplemento dietético. Ayudan a aliviar el dolor mientras fortalecen la calidad del cartílago articular.

La homeopatía, la medicina herbal y la aromaterapia se pueden usar para complementar el tratamiento y ayudar a prevenir los brotes de osteoartritis y aliviar el dolor.

La rehabilitación física incluye hidroterapia, termoterapia, electroterapia o fisioterapia. Además de la osteopatía, estas técnicas son perfectamente adecuadas no solo para aliviar las articulaciones doloridas, sino también para ayudar a aumentar gradualmente el rango de movimiento de su mascota y recuperar la movilidad.